domingo, 29 de diciembre de 2013

La maldición del programador

Los que programan, estan propensos a una maldición, como yo lo llamo. No es por alardear ni asustar a alguien, es una conclusion a la que he llegado, después de hablar con algunos compañeros. Expongo mis razones.

Un programador está propenso a vivir en su mundo de algoritmos, a no escuchar al que le habla mientras está en acción, mientras analiza las posibles soluciones a su problema. Si estas en esta condición y posees una novia, conviertes a esa mujer en una bomba de tiempo. Que sería de la vida de ella si no fueras programador? Quizás muy simple, pero llega la duda de saber que tanta atención le prestarás a tus códigos y a ella. Cuando se vuelve una adicción, te vuelves propenso olvidar saludarla, comentarle y hablarle de tu vida. Si tu madre te ve te entiende, pero tu novia probablemente no. Llegas a pensar en escasos segundo de ella, y supones que no le estás dedicando el tiempo suficiente, pero, mira!!! ya compilo el codigo, corrió el algoritmo, o la prueba que estabas haciendo funciona y vas por el siguiente paso. Es ahí donde te olvidas de nuevo de tu arededor y estas allí de nuevo, frente a tu computador, navegando por el mundo de las líneas, llaves, sentencias, métodos, variables, puntos y comas, errores de compilación y un mensaje que repentinamente te dice: BUILD SUCCESFULLY.

EL programador nace para entender el mundo de los computadores, y saber que necesita la máquina para que funcione. Las mujeres las llegamos a tratar como esos computadores y esperamos que sean de esos lenguajes, que cuando necesitas algo para que marche bien, solo descargas una libreria, un paquete adicional, lo agregas al editor de tu vida y listo.... Pero la vida no es un compilador, donde cometer un error sí marca y trasciende en nuestros algoritmos de comportamiento, donde un simple error, causa heridas, problemas y enemistades, y es allí donde piensas: ahh solo cambio unas cosas y ya está, pero te das cuenta que no es así y que esos errores que consideras Bugs, no son de corregir y resolver, porque la vida etá hecha de marcas.

Yo en particular me enamoré de los lenguajes C++ y Java, dos herramientas poderosas, con las que prácticamente puedes hacer cuaquier algoritmo en teoria, pero llegas a pensar en que tanto puedes llegar a dedicarle tiempo así a un amujer? Solo esperanzado en que esa persona sea una programadora, entenderá tu mundo y tu mente, tu forma de pensar y de actuar. Pero la estadistica indica que las muejres programadoras son pocas, casi que nulas en nuestro vencindario y en nuestros lugares de estudio o trabajo, y es allí donde piensas que estas perdiendo una relación, y de momento, ella se aburre y te deja. Tu sigues en tus códigos y al cabo de unos dias, sientes que los algoritmos que haces funcionan, pero tu vida no. En este punto, se aplica la sabia frase "Pagas unas por otras" y el trabajo que tanto anhelaste funciona, el programa corre perfectamente pero tu vida no, estas solo y esperando a que esa persona vuelva. Quizás pueda contextualizarse en otras personas igual de allegadas, como un hijo, un amigo o amiga, incluso tu madre y las consecuencias pueden ser devastadoras. Muchos como yo, consideramos esto como un juego que nunca termina y en el que aspiras a subir mas y mas de nivel, adquiriendo puntos de experiencia, pero perdiendo terreno en el mundo físico.

Es probable que algunos pierdan a sus madres, o parientes, y mientras están codificando, eso no les afecta sino después de terminar lo que estamos editando. Y si estoy en lo incorrecto, creo que puedo aproximarme a almenos en decir, que por estar programando estamos propensos a estar solos, a dejar de compartir con personas y a terminar con nuestras vidas. Quizas no sea algo literal y no aplique a todos los programadores, esta es mi perspectiva en la que puedo explicar por que llamo, la maldición del programador.

martes, 19 de noviembre de 2013

Un pequeño poema que escribí a la mujer que estuvo conmigo en algún tiempo

Entre las flores mas lindas, 
hay una muy especial, 
y esa, la que veo todos los días,
es la que adorna el jardín de mi panorama,
la que merece ser cuidada y por quien estoy dispuesto a volverme jardinero,
para conservar su naturaleza su escencia y su aroma,
su belleza, y sobre todo su existencia.
Tu eres mi rosa, la mas hermosa,
y yo soy tu jardinero,
quien cuidará de tí todos los días...

(Espero sus comentarios)