Calipso, amor mío.
Contemplo tu gran poder, cada vez que navego por los mares, cada ves que siento tus olas, mi corazón siente tu presencia. Sin mis hombres, mis grandes marineros, podría naufragar hasta el fin del mundo solo por tí. Pero deseo entregarte algo mas grandes que dos de mis hombres. Te entrego toda mi tripulación, mi navio, y lo mas importante, mi vida misma... Te entrego todo en cuanto poseo en estos momentos. Morir en los mares, no perdería valor, si puedo saborear tus inmortales labios una vez mas. Me entrego a tí Calipso, en mi totalidad, y mas allá de eso, te entrego mi corazón, digno de contemplar a una sola mujer, a la misma Diosa de los mares.
Años he viajado por los mares, saqueando barcos, bebiendo hasta mas no poder, enfrentando con mi espada a mis mas perversos enemigos, pero mis últimos días como capitán del Holandés Errante, deseo entregarlos a una Divinidad como tú. Soy completamente esclavo a tí y es por ello, la poca importancia en perder lo que me queda. Mi corazón quedará anclado a tu nombre, y no espero vivir para contemplar una desepción tuya. Prefiero morir, a dejar de insistir en tu busqueda mientras las arenas de mi reloj no se acaben.
Calipso, si esto no es un gesto lo suficiente para verte y pagar por tu prescencia, para ganarme tu amor, no puedo contemplar que mas allá de eso puedo entregarte. Soy tuyo, solo tuyo.
Ven por mi nave, mi oro y mis hombres que te esperan, para que nos asignes un destino menos doloroso que la vida misma. Sin ti, prefiero ser carne para alimentar los tiburones.... Calipso aquí te espero, para que tomes lo que desees de nosotros, nada me pertenece, todo puede ser tuyo, y como dije, te incluyo mi propia vida.
Fragmento inventado, extraido de: "Mi retorsida imaginación"
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