jueves, 20 de marzo de 2014

Perdonar y pedir perdón.

Disculpar no lo es todo. Disculpar solo sirvE para intentar tapar un error, una mala acción que en la mayoria de los casos es involuntaria. Disculpar muchas veces Sólo tapa Parte del error. Disculpar no rEmedia, no cuRa las heridas y nO arregla los problemas. Solo los subsana.

Perdonar es esa acción o ese gesto mayor a la disculpa. El QUE esta dispuesto a perdonar, esta en la capacidad de omitit aquellos errores que en su momento nos ofendieron, nos generaron rabia, dolor, e incluso odio. La cuestión no es Perdonar facilmente, sinO saber perDonar. Solo Jesucristo fué cApáz de perdonar a sus eneMigos, a pesar del daño físicO y verbal por el que atraveSó.

¿Por que Jesicristo estuvo o está (para los creyentes) en la capacidad de perdonar sin importar el acto? ¿y por qué nosotros no estamos en la voluntad de intentarlo?

Simplemente por ser lo que somos, Humanos, no sAbemos o no somos capaces de perdonar. Solo Dios quien nos creó, saBe como somos, sabe entendernos. Jesucristo es parte de Dios, y por tanto está en La capacidad de entendeRnos y de perdonarnos.

Es para nosotros dificil perdonar simplemente porque no conocemos, no entendemos o sencillamente porque consideramos inaceptable muchas acciones o eventos, que en gran medida nos causan daño, referentes siempre a alguien. Quien perdona, brinda una lección al perdonado, y en su mayoria puede ayudarlo a crecer en su forma de ser, en su personalidad. Pero desafortunadamente existen esas personas que a pesar de ser perdonados, no valoran ese gesto y denigran la compresibilidad de la gente. Esta es una de las razones mas fuertes por las cuales no perdonamos, o no lo hacemos facilmente, sencillamente porque imaginamos que aquella persona no valorará nuestro gesto.

Si Dios nos perdona, no es para valorar la acción de él, sino por la razón de valorarnos, por ser su creación.

Por eso la madre o el padre perdona fácilmente a su hijo o hija. Porque como hijo, es creación suya, y por esta razón, e independiente al hecho, es capaz de omitirlo.

El que recibe el perdón, está en la capacidad de destinar a tomar acciones que que pueden ser mejores a las de corregir el error. Está en la capacidad de brindar un futuro mejor, para él y para la persona afectada. Es claro resaltar que como humanos, no somos capaces de perdonar tanto, y ante un nuevo error, dejamos de creer en esa persona, y en el perdón, cuando esa persona no es nuestro hijo o hija.

Mas allá de pedir disculpas, pido en verdad que me perdonen aquellos a quienes les pude haber causado daño, a quienes ofendí, a quienes pude haber traicionado, o a quienes descepcioné. Perdono también a toda persona que me halla ofendido, que halla hablado mal, o que simplemente halla generado perturbaciones en sus vidas. Aunque no todos seamos creyentes, espero que la reflexión no sea perdonar a todo el mundo de la noche a la mañana, sino que está en sus manos, destinar el futuro de alguien para hacer algo mejor, aunque no todos respondan de igual forma, perdemos poco con intentarlo, ya que ganamos nosotros al dejar una lección.


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