Y es por eso que en esta ocasión les presento a una violinista, que sin conocer su pasado, y sin saber que tan famosa es, podemos apreciar el respeto que inspira al tocar un instrumento tan maravilloso como lo es el violín. Apreciar su comportamiento y la alegria que manifiesta al tocar el instrumento, inspira inmediatamente el respeto que esta artista se merece, pues no es común ver a este tipo de personas quienes tocan el violín, moverse tan elegantemente, al ritmo de su propia música, para manifestar una obra de arte única.
Pienso que como la violinista misma, deberiamos de impregnar en nuestras acciones una firma de elegancia, marcada por nuestra personalidad, que inspire respeto por nosotros. Aunque no deberiamos de pensar en la opinión de aquellos que nos rodean, es importante saber el nivel de respeto que podemos causar sin preocuparnos por ello, y claro, como la violinista, deberiamos llegar a un punto en no sentirnos avergonzados de nuestras acciones cuando ese toque de elegancia, se impregna en nuestro talento.
La musica puede llegar a inspirar respeto, y nuestros actos, deberian estar al compás como la misma, ritmica, con sentido, con mensajes que no necesitan pronunciarse sino sentirse. Mil respetos a esta mujer, y mil agradecimiento al lector por acompañarme en esta corta opinión.
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